La habilidad de darse cuenta, aceptar fácilmente y controlar con éxito las emociones y los sentimientos en uno mismo (y a veces en los demás) se conoce como gestión emocional. En el Campamento del Guerrero de Life Perú podrás descubrir y desarrollar las habilidades para el manejo de las emociones, es decir aprenderás a controlar tu torbellino afectivo.
Para desarrollar las habilidades de gestión emocional, no basta con estar abierto a los pensamientos y sentimientos de uno mismo. Debes tener completa autoridad para cambiar los pensamientos y sentimientos que se generan cuando tus valores se ven afectados por las acciones de una persona o un evento. Esto es importante porque el cambio en tus pensamientos y sentimientos es lo que ayuda a cambiar tu estado anímico, previniendo los arrebatos reactivos.
¿Por qué es importante la gestión de las emociones?
Imagínate en una de esas situaciones en las que has estado trabajando duro durante semanas para descubrir que el proyecto ha sido cancelado, o cuando te dan muchas tareas nuevas mientras ya estás inundado de trabajo, o la más común en la que un cliente te grita e insulta públicamente. Situaciones estresantes como éstas, así como otras que pueden incluir cambios de departamento, despidos de personal, etc., son demasiado comunes en el lugar de trabajo.
La verdadera pregunta es, ¿cómo reaccionas ante situaciones tan estresantes? ¿Podrías reaccionar gritándole al cliente, escondiéndote en un rincón sintiendo lástima de ti mismo, o distraerte jugando o charlando con alguien para ayudarte a ascender en tu carrera? La respuesta es, por supuesto, un gran ¡NO!
Tales comportamientos tienden a socavar la reputación profesional, así como la eficiencia y productividad en el trabajo. Por lo tanto, la gestión emocional es una habilidad importante para una carrera exitosa. Te ayuda a manejar las reacciones, minimizando una emoción cuando no es apropiada y enfatizando otra cuando sientes que el trabajo no se puede sin ella.
¿Cómo mejorar la gestión emocional?
Uno de los enfoques que utilizamos en el Campamento del Guerrero para trabajar la gestión emocional efectiva consiste en los siguientes tres pasos:
1. Detenerse:
Este puede ser el más difícil de los tres pasos porque necesitas una fuerza de voluntad férrea. La próxima vez que tus emociones sean tan fuertes que te sientas secuestrado por ellas y sientas el impulso de realizar una acción de la que te puedas arrepentir más tarde, ¡detente ahí mismo y piensa! Empieza a buscar pistas como los pensamientos y sentimientos que han agravado ese comportamiento.
Una buena manera para comenzar a detenerse antes de una crisis emocional es notar las señales físicas, por ejemplo, la tensión en la mandíbula cuando empiezas a enfadarte.
Consulta nuestro artículo para el control de la ira en dos pasos si tu mandíbula siempre se encuentra bajo tensión.
2. Soltar:
Ahora que has terminado con la parte más difícil, suelta esa carga emocional y realiza una actividad que te ayude a calmarte. Las actividades repetitivas como tejer, pintar o caminar te serán de gran utilidad para enfocarte. Si no disminuyes la intensidad de tus emociones, es posible que nunca seas capaz de pensar con claridad y racionalidad.
3. Procesar:
Ahora estarás en una mejor posición para pensar en todo lo que te ocurre y tener una reacción apropiada. En primer lugar, identifica las emociones que estás sintiendo. Es mejor trabajar con la inteligencia emocional para cumplir con el propósito de esta fase. Una vez que hayas identificado qué es precisamente lo que estás sintiendo, piensa en la fuente de esos sentimientos y averigua por qué te sientes de esa manera. Una vez que tengas las respuestas a estas dos preguntas frente a ti, serás capaz de determinar cuál es la mejor manera de proceder, teniendo en cuenta tus objetivos finales, así como tus valores personales.