Tuve la oportunidad de vivir el Programa de Liderazgo para Adolescentes de Life Perú a la edad de 16 años.
Llegó mi último año de colegio y decidí que era hora de trabajar en las cosas que no me gustaban de mí misma. Era una persona bastante tímida. Me costaba mucho hacer amigos dentro y fuera del colegio, pues no tenía confianza en mí misma. Con mis papás era bastante fría, y con mi hermano mayor no nos hablábamos nunca. No estábamos peleados, pero nunca habíamos tenido una relación profunda.
Al programa llegué por medio de mi familia. Todos lo habían llevado y yo también quería entender de qué se trataba. Había visto a mi mamá y a mi papá más cariñosos, más enfocados y no entendía qué podía hacerlos actuar así. Cuando me decidí por inscribirme, tenía un poco de miedo porque no tenía idea de lo que iba a pasar, ni con quien iba a estar, pero había llegado a la conclusión de que la vergüenza debía dejar de limitarme.
Durante mi proceso sentí que la gente me veía diferente a como yo creía que era. Recuerdo que el primer día me decían “no eres tímida”, y yo respondía “sí soy”, hasta que poco a poco comencé a escucharlos. Siempre me había sentido de esa forma, pero ese día no lo fui y decidí que debía replicar esa actitud para siempre. Descubrí que no iba a llegar a ningún lado con tanto análisis, y que a veces era necesario mandarse para conseguir las cosas. Aprendí a tratar con gente muy diferente a mí y comencé a ver la vida con mayores libertades. Mi vida social mejoró bastante, empecé a demostrarles a mis amigos que los quería y a conocer nuevas personas. Life me ayudó a trabajar en equipo, a tomar riesgos y a salir de mi zona de confort. Me hizo más segura, alegre y cariñosa. Con mi hermano la cosa cambió totalmente, se volvió mi amigo.
Lo que más rescato del programa es el apoyo que me brindó para convertirme en una persona con menos roche, que se esfuerza día a día para vencerlo. Rescato también las grandes personas que conocí, que estuvieron ahí durante todo el proceso. Realmente conoces gente especial y aprendes a valorar a cada uno. Life para mí fue lecciones, pruebas y personas increíbles. A veces la rutina no nos deja concentrarnos en las actitudes que nos restan, y es necesario un break para comenzar a trabajar en ellas.